Cuenta la leyenda que un dragón llegó a Cracovia y se instaló en una cueva, dentro de una colina cercana al río Vístula que baña la ciudad. Desde allí comenzó a sobrevolar los alrededores, para cazar ovejas, corderos, cerdos, sin que nadie pudiese impedírselo. Prontó probó la carne humana, y se ve que le gustó tanto que comenzaron a desaparecer campesinos y campesinas, de las aldeas cercanas a la ciudad.
Por entonces reinaba en Cracovia el rey Krak, al que Cracovia (Krakow en polaco) debe su nombre. Este mandó contra el dragón a sus mejores guerreros, que uno a uno fueron derrotados en la entrada de la cueva, abrasados por el fuego que lanzaba por sus fauces. Tan mal se puso la cosa que tuvo que ofrecer a su hija como esposa y con ello la sucesión de su reino a quién lograse vencerlo. Cuentan que incluso acudieron caballeros de varios paises, pero nadie logró doblegar al dragón. La gente comenzó entonces a dejar la ciudad y a despoblar el reino.
Pero fué entonces cuando llamó a las puertas del palacio un joven y humilde zapatero, que decía saber como derrotar a la bestia. Todos rieron al saber de él, menos el rey, que deseperado por estar cerca de perder a sus súbditos y a su reino, escuchó atentamente al zapatero, e inmediatamente ordenó que se siguiesen sus indicaciones.
El plan era rellenar con azufre un cordero muerto y dejarlo a la entrada cueva, para que cuando el dragón se lo comiese, dejase un rastro de azufre por dentro de su cuerpo, y al expulsar fuego por su boca, este lo quemase.
Al día siguiente se cumplieron las instrucciones del zapatero, y al poco el cordero desapareció de la entrada de la cueva. A partir de ahí se esperó durante todo el día a que el dragón saliese, y viendo que no lo hacía, los ciudadanos de Cracovia comenzaron a hacer los preparativos de una gran celebración. Pero el dragón volvió a aparecer. Aunque esta vez, en vez de comenzar su vuelo, se fué hacia la orilla de río, con la boca abierta y dando muestras de tener una sed terrible, y bebió tanta agua que incluso dicen que bajó el nivel del río Vístula. Finalmente el dragón reventó, esparciendo sus restos por toda la comarca.
Hoy día se puede visitar la cueva del dragón, y junto a su entrada hay una estatua suya de metal que cada cierto tiempo expulsa fuego por su boca. Si no quieres esperar y verlo inmediatamente puedes mandar un SMS con la palabra SMOK al 7168.
Yo no llevaba línea de teléfono así que tuve que esperar un rato para verlo.