El fantasma

Cuentan que hay un fantasma que cada cierto tiempo visita los bares del centro de Glasgow, los que están alrededor de la estación de trenes de Queen Street, decorados con banderas de Escocia blancas y azules, y también amarillas con el león rojo. Dicen que este hombre aparece una noche al año, y luego desaparece. Visita todos los bares de la zona y en cada uno de ellos pide una pinta de cerveza, siempre una Tennent’s. Cuando termina de tomársela, todos saben que se irá al bar de al lado, al siguiente, siempre en el mismo orden. En cada uno de ellos sigue en la pantalla el partido de fútbol, o a los que en una mesa cercana se retan a un pulso, con los codos apoyados en la mesa. Y si en el bar hay música en directo (parece que le gustan especialmente las canciones tristes), aplaude brevemente al terminar cada una de ellas. No habla nunca con nadie, se sienta en un asiento aparte y no da lugar a dejarse preguntar. Los camareros lo tratan con educación, pero sólo le preguntan por lo que quiere tomar. Dicen que alguno, alguna vez, se acercó a tratar de saber algo sobre él, pero apenas sabe el idioma. Sólo permanece sentado en la mesa y de vez en cuando saca una libreta, y escribe algo en ella.